El sonido de la Pasión
La artesanía que más suena
La construcción artesanal del tambor de Baena mantiene un oficio que se transmite de generación en generación.
El sonido atronador de los tambores da peculiaridad a la Semana Santa de Baena
Su fabricación artesanal se sigue manteniendo a pesar del paso del tiempo
El singular sonido que acompaña a las celebraciones de la Pasión en Baena, fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y surge de los miles de tambores o «cajas» que aún se siguen fabricando en la localidad siguiendo unas técnicas artesanales transmitidas de generación en generación.
El tambor tradicional de Baena es totalmente artesano. Una vez que se tienen a punto sus distintos componentes, se prepara o «aprieta» tirando de una cuerda que lo rodea en zigzag y que hace que dos aros de madera de armeso tensen dos pieles («pellejos») colocados en la parte superior e inferior de un cilindro de latón dorado llamado fondo. Éste junto a los «chillones», que son hilos hechos de tripa de cerdo, le darán el peculiar sonido que lo caracteriza.
La fabricación de tambores es continua durante todo el año, si bien se intensifica a partir de los meses de septiembre y octubre con el objeto de cubrir la demanda de los vecinos que será mayor para la Cuaresma y víspera de San José (18 de marzo), fechas en las que comenzarán a escucharse por las calles de Baena como preludio de las celebraciones de Semana Santa.
El proceso de elaboración del tambor tiene distintas fases relacionadas con cada uno de los elementos que lo componen. De este modo, el curtido de las pieles o dar la forma curva a los aros, tareas ambas que requieren de una especial dedicación, se van realizando con anterioridad de manera que todas las piezas estén listas para el momento del montaje con el que se dará por concluida la fabricación.